jueves, 18 de junio de 2015

Realidad y fantasía en Latinoamérica

Gabriel García Márquez habla a cerca de la realidad y la fantasía, un dilema para los escritores latinoamericanos, Escriban sus comentarios luego de la lectura de texto en el curso,

miércoles, 3 de junio de 2015

MITO DEL FUEGO


MITO FUEGO, TEHUELCHES

http://www.turemanso.com.ar/larevista/leyenda/fuego.html
"El Fuego sagrado" (Pillán quitral)Leyenda Tehuelche
En la antiquísima cosmogonía tehuelche se cuenta que "El que siempre existió" vivía rodeado por densas y oscuras neblinas allí donde se juntan el cielo y el mar, hasta que un día, pensando en su terrible soledad, lloró y lloró por un tiempo incontable... y así sus lagrimas formaron a Arrok, el mar primitivo... El eterno Kóoch al advertirlo dejó de llorar, y suspiró... Y su suspiro fue el principio del viento... Entonces Kóoch quiso contemplar la creación: se alejó en el espacio, alzó su mano y de ella brotó una enorme chispa luminosa que rasgó las tinieblas. Había nacido el Sol.
Con él la sagrada creación tuvo la primera luz y el primer fuego, y con él nacieron las nubes...
Y los tres elementos del espacio armonizaron entonces su fuerzas para admirar y proteger a la tierra de la vida perecedera que Kóoch había hecho surgir de las aguas primeras.
Andando el tiempo Elal, el héroe-dios, el nacido de la Nube cautiva y el cruel gigante Nóshtex, creó a los Chónek (hombres) de la raza tehuelche en las tierras del Chaltén... y fue su organizador, protector y guía.
Y entre otras muchas cosas, como Elal viera que sus criaturas tenían frío y oscuridad, cuando el Sol no estaba en el Cielo, les enseño a hacer fuego, el mismo que les permitiera vencer a la nieve y al frío en las laderas del Chaltén, el que brota cuando golpean ciertas piedras... Dicen que a partir de entonces los tehuelches ya no temieron a la oscuridad ni a las heladas porque eran dueños del secreto del fuego, y el fuego era sagrado para ellos porque se los había dado su padre creador...
Este es un hermoso mito del ciclo de Elal, el progenitor de los tehuelches... Claro que las otras razas del cono sur de América han explicado a su modo el origen del fuego, el preciado elemento que aseguró la vida de las culturas aborígenes patagonienses... Una antigua leyenda cuenta que los mapuches no conocían el fuego, pero que lo aprendieron de los niños, más exactamente de dos hermanitos que se desafiaron para quien hacías girar más rápidamente un palito en un nido de pasto seco... ¡Y el resultado fue que casi queman todo con su juego inocente!. Parece ser que el gran incendio devoró los bosques y corrió los animales hasta atraparlos... De este modo los indios se quedaron sin caza. ¿Cómo harías para sobrevivir sin un alimento tan importante?... Pero los ancianos de la tribu dijeron que la carne de esos animales quemados no podía ser impura porque el fuego venía del Dios Padre... Y comieron así carne asada y la hallaron sabrosa... Tanto que, a partir de entonces, también los mapuches quisieron hacer fuego y conservarlo... porque les permitía no sólo cocinar sus alimentos sino disfrutar de su luz y su calor, todos reunidos en torno de la llama que era como el Sol.
Como todos los pueblos primitivos, los que habitaban las mágicas tierras de la Araucanía lograron encender el fuego por fricción de un palo sobre un lecho de yesca, o por percusión de piedras de pedernal hasta que el saltar de la chispa hace arder la hierba seca...
Y si resultaba laborioso encenderlo, aún más difícil era conservarlo... ¿Cómo lograr que no lo apagaran los vientos que trae y lleva Elëngansen?.¿Cómo protegerlo de enviado de Gualichú que intentaría robarlo?.¿Cómo entretenerlo para que no se cansara de arder y se fuera de nuevo...?
Por eso los tehuelches lo encerraban en vasijas de barro, y le prodigaron alimento y cuidados. Las mujeres eran las que se ocupaban del fuego, y cuando lo necesitaban secaban brasitas y con ellas encendían nuevos fuegos... Pero, ¡ay si se apagaba el fuego!. Muchos relatos cuentan de los terribles castigos para la mujer que se dormía o se olvidaba... Es que fueron tiempos muy duros y los hombres no podían permitirse perder el sagrado tesoro.
Porque era un don de Dios, el fuego volvía a Dios a través de ceremonias donde ofrendaban al Supremo, en el pillan quitral, animales o frutos de la tierra, o bien objetos culturales de manufactura indígena.
También celebraron con homenajes y regalos el fuego de Pillán, el fuego de lo más hondo de la tierra que escupen las bocas enojadas o dolientes volcanes. ¿Acaso Pillán, el que vive arriba de las montañas, no comanda las terribles tormentas de fuego del Cielo y de la Tierra? ¿Sus rayos no destruyen y queman el corazón de la vida?. Por eso lo respetan y veneran, para que no se enoje y traiga el fuego que devora...
Y sacralizaron el cherufe, el fuego celeste de los aerolitos que caen y que misteriosamente se vuelven piedra colorada y ya nunca más arden... Aunque: ¿qué habrá pasado con el fuego?, ¿estará sólo dormido o se habrá ido como los innombrables al más allá?
Y hasta honran mudamente a los fuegos fríos de las lejanas estrellas, porque los viejos de los loncos dicen que allí viven los espíritus de los antepasados, las almas de los que se fueron, y desde arriba contemplan sus parientes con el permiso del Elal...
Es creencia aborigen del Sur de América, que viven desde hace incontables lunas, entidades mágicas en relación con fuegos malditos... como los de Anchimallén araucano, el duende enano que sirve a los brujos del diablo, el que roba para "el daño", el que ciega con su presencia por que la lucen la que se transforma es maligna... cuando su radiación brillante y fugaz aparece en los campos o en las montañas o en las ramas de los árboles o en los techos de las rucas... el indio tiembla porque significa la muerte para alguien: ¿a quién se llevará esta vez la luz mala?.
Dicen en voz baja que los anchimallenes son criaturas que los brujos alimentan con las míticas leche, sangre y miel, y que quién posea uno multiplicará su hacienda y tendrá protegidos sus ganados... Hay quién paga mucho al brujo para tener un niño anchimallén, y también quien lo roba, y hasta quien lo seduce para sus propios huertos, observando bien cuál es el alimento que le gusta más y poniéndola su alcance en abundancia en determinados lugares del campo... y es fama entonces que "por goloso pierde la vida" el anchimallen, pues los astutos hechiceros, sus verdaderos dueños, siempre se enteran, ¡y lo castigan con la muerte por su negligencia!...
Claro que la memoria de los mapuches siempre ha tenido un lugar para el ideal luminoso de la mítica Antú Malguén. Es la joven, y bella amada de Antü (el sol), la que parece flotar, delicada y frágil, junto al estanque de las totoras, allá en la cumbre del Domuyo. Dicen que cantan melodías que son como suspiros de la brisa mientras peina sus largos cabellos rubios con peine de oro reluciente... ¿Por qué a veces su canto es un lamento y otra una risa feliz?. Nadie lo sabe, pero la fina voz que parece agua y que parece viento rueda ladera abajo por las rocas del volcán divino.
Sólo unos pocos osados que burlaron al toro y al potro del Domuyo han logrado ver Antü Malguén en la cima sagrada. Para unos huye disuelta en llama de cherufe al sentirse sorprendida, para otros se sumerge veloz en las aguas porque es la sirena Coñi Lafquén (hija del lago)... pero ni unos ni otros han podido olvidar el hechizo fascinador de la doncella de oro luz. Tal vez se deba a que Antü Malguén se funden el fuego de la creación: el Sol.
Por eso mientras viva en el gran volcán andino y peine sus fantásticos cabellos los fuegos de las tribus milenarias no se apagarán, y los viejos continuarán contando y recordando su historia y las historias de todos los mitos, nacidos al calor de la llama que un día les regalará Elal...

VOCABULARIO
ANCHIMALLÈN: Duende de la mitología mapuche. Es enano, no tiene tripas y exhibe una cola luminosa.
CHALTEN: Montaña azul.
CHERUFE: Nombre de un monstruo gigantesco y antropófago que habita en las montañas y es capaz de provocar terremotos y erupciones.
DOMUYO: El que rezonga y tiembla.
ELAL: Personaje central de la mitología tehuelche. Hijo del gigante Nóshtex y de una
Nube, es el héroe creador y educador de los tehuelches.
KÒOCH: El creador, en la mitología tehuelche.
NÒSHTEX: En la mitología tehuelche, uno de los gigantes que habitaban en la isla creado por KÔOCH. Rapto a una Nube, en quien engendro a ELAL, luego la asesino y persiguió a ELAL hasta la Patagonia.
PILLÀN: Según los mapuches, espíritu protector o vengador que habita generalmente en un volcán.

mito guaraní FUEGO

http://www.portalguarani.com/627_girala_yampey/13628_cosmovision_guarani__mito_del_origen_del_fuego_obra_de_girala_yampey_.html
MITO DEL ORIGEN DEL FUEGO
En todas las comunidades, el uso del fuego es imprescindible, vital. Los guaraníes tienen una explicación mítica sobre la forma en que han logrado hacerse nuevamente del valioso elemento que le otorgara ÑANDERUGUASU y que, al parecer, lo habían perdido, sin que haya una explicación de cómo ni porqué.
Los Mellizos lo recuperaron de los YRYVU KUÉRA (cuervos), seres despreciables y egoístas, que se habían apoderado del indispensable factor y lo guardaban celosamente, custodiándolo en todo momento para que nadie pudiera utilizarlo. Las negras aves carroñeras se habían convertido en sus exclusivas dueñas.
ÑANDERYKE'Y, planeó un artilugio para rescatarlo de sus detentadoras, pues resultaba esencial para el desarrollo de la vida. El fuego tiene una aureola sagrada que atrae a todos los seres vivientes. Siendo capaz de destruir la existencia, a la vez, ofrece condiciones de vitalidad tan poderosas que la vida no podría desarrollarse sin él. En los fogones, las miradas se encandilan en las danzas de sus llamas que cobijan las imaginaciones de la mente. Su energía es la que cuece los alimentos. Su fuerza, provee tibieza para el hogar y purifica de todo mal. Su calor protege del crudo invierno y madura las ideas y los sentimientos.
Esperando lograr que su plan sea exitoso, ÑANDERYKE'Y, se hizo acompañar de su hermano Menor a la zona donde moran las grandes aves de rapiña. Al avistarlas, ocultó a TYVYRA'I entre unos arbustos y, simulando estar muerto, se echó en el suelo, emitiendo nauseabundos olores. Los cuervos descubrieron enseguida la presencia del supuesto cadáver. Sus finos olfatos percibieron muy pronto el olor del alimento y sus penetrantes miradas ubicaron rápidamente la presa. Con prudencia, rondaron el lugar sobrevolando al bulto tumbado. Al notar que todo estaba tranquilo y comprobar la ausencia de otros se-res, trajeron el fuego. Una vez dispuestos los encendidos carbones sobre el cuerpo tendido, se posaron en las ramas de unos árboles cercanos y esperaron que se cocinara la presa. Repentinamente, el mayor de los Gemelos, se incorporó y, sacudiéndose enérgicamente, arrojó una multitud de brasas a su alrededor. En ese momento, un KURURU (sapo), implicado en la artimaña, saltó desde su escondite sobre las ascuas desparramadas y tragó varias de ellas. Los engañados cuervos recogieron prestamente sus fuegos y emprendieron una veloz huida despavorida. Entonces, ÑANDERYKE'Y, ordenó al sapo que le entregara lo que había recogido pero éste se resistió y queriendo engañarlo, dijo no haber tomado ninguno. Ante la insistencia y la amenaza de castigo, optó por vomitar varios carbones encendidos. Cuentan que, desde aquel tiempo, el sapo quedó con la piel rugosa, como ampollada, debido a la lumbre que había tragado.
Al recuperar el fuego, el héroe guaraní, lo depositó dentro del tronco de varios árboles cuyas ramas, hasta hoy, contienen la fuerza ígnea que se les entregó en custodia. ÑANDERYKE'Y, conservó ése secreto y conoce cómo obtener el fuego. Sabe cómo usarlo y controlarlo. Él, lo preservó al almacenarlos en esos gajos que, cuando están bien secos, frotados unos con otros, reproducen el valioso elemento. Ése conocimiento lo transmitió a la descendencia guaraní que aprendió cómo generarlo desde esas ramas. Es uno de los le-gados que ÑANDERYKE'Y, ha dejado para uso perenne. El tesoro de luz y calor había vuelto a manos de los moradores de las selvas, pero parece ser que la aculturación les hizo olvidar la forma de originario. Ahora, ésa habilidad es reemplazada por el simple fósforo, que tiene que comprar   fósforo,  tienen que comprar.
Si el Origen del fuego constituye un Mito guaraní, también lo es el Fuego en sí mismo. La forma de generarlo es un ritual de raíz sagrada. Ambas creencias están dentro de lo sacro. Trascienden la mera enunciación de la ocurrencia. Superan el simple relato. Tienen influencia en la mentalidad y la conducta colectiva.
Para leer y reflexionar... un hermoso poema en español y lengua náhuatl por Miguel León-Portilla. Fragmento extraído de :


http://www.letraslibres.com/revista/convivio/el-espanol-y-las-lenguas-amerindias-un-patrimonio-intangible

En un poema que he escrito en español y en náhuatl he querido dejar testimonio de ello:
     Rica será la humanidad en posesión de lenguas ecuménicas como el español, hablado por cientos de millones, y a la vez dueña de otros muchos idiomas vernáculos. Son ellos patrimonio espiritual muy valioso, no sólo de quienes los hablan, sino de la humanidad entera. Por eso es imprescindible que los gobiernos implanten de manera efectiva la educación bilingüe en los lugares en que cada una de estas lenguas tiene vigencia. Su florecer hará de nuevo verdad que la diferencia es fuente de creatividad cultural.       
      
     Cuando muere una lengua Ihcuac tlahtolli ye miqui
     las cosas divinas, mochi in teoyotl,
     estrellas, sol y luna, cicitlaltin, tonatiuh ihuan metztli,
     las cosas humanas, mochi in tlacayotl,
     pensar y sentir, neyolnonotzaliztli ihuan huelicamatiliztli,
     no se reflejan ya ayocmo neci
     en ese espejo. inon tezcapan.
     Cuando muere una lengua Ihcuac tlahtolli ye miqui,
     todo lo que hay en el mundo, mochi tlamantli in cemanahuac,
     mares y ríos, teoatl, atoyatl,
     animales y plantas, yolcame, cuauhtin ihuan xihuitl
     ni se piensan, ni pronuncian ayocmo nemililoh, ayocmo tenehualoh,
     con atisbos y sonidos tlachializtica ihuan caquiliztica
     que no existen ya. ayocmo nemih.
      
     Cuando muere una lengua Ihcuac tlahtolli ye miqui,
     para siempre se cierran cemihcac motzacuah
     a todos los pueblos del mundo nohuian altepepan
     una ventana, una puerta, in tlanexillotl, in quixohuayan,
     un asomarse in ye tlamahuizolo
     de modo distinto occetica
     a cuanto es ser y vida en la tierra. in mochi mani ihuan yoli in tlalticpac.
     Cuando muere una lengua, Ihcuac tlahtolli ye miqui,
     sus palabras de amor, itlazohticatlahtol,
     entonación de dolor y querencia, imehualizeltemiliztli ihuan tetlazoltlaliztli,

     tal vez viejos cantos, ahzo huehueh cuicatl,
     relatos, discursos, plegarias, ahnozo tlahtolli, tlatlauhtiliztli,
     nadie, cual fueron, amaca, in yuh ocatcah,
     alcanzará a repetir. hueliz occepa quintequixtiz.
     Cuando muere una lengua, Ihcuac tlahtolli ye miqui,
     ya muchas han muerto occequintin ye omiqueh
     y muchas pueden morir. ihuan miec huel miquizqueh.
     Espejos para siempre quebrados, Tezcatl mianiz puztequi,
     sombra de voces netzatzililiztli icehuallo
     para siempre acalladas: cemihcac necahualoh:
     la humanidad se empobrece. totlacayo motolinia.